Buscaba entre letras e historias algo que me sirviera de inspiración. No es que crea en que existe una musa que acompaña a los autores, para nada. Creo en la facilidad de la palabra y en el sentimiento que provoca el escribir.
Sin embargo, días como hoy, después de un par de semanas en las que me encuentro de vacaciones, las palabras escasean. Es como si las letras que inundan mi mente, de pronto supieran que esta tía está de vacaciones y ellas, por alguna obscura razón, deciden vacacionar a millones de kilómetros luz lejos de mí. Juntas han decidido hacer un viaje astral, navegando y danzando entre estrellas que brillan y nacen lejos de aquí.
Intento que las letras vuelvan. Las llamo con urgencia. Junto mis manos alrededor de mis labios y lanzo un grito desesperado al universo; un grito largo e intenso con el fin de que llegue al lugar que permanece en secreto y en silencio, oculto a mis ojos y al latido de mi corazón. Ese lugar donde mis letras están unidas y quizá mimetizadas con alguna nebulosa que me mira, me espía y pretende pasar desapercibida. Lo logra. Mi grito inunda las galaxias, un grito ensordecedor al que las letras han logrado evitar.
Escondidas tras el polvo de estrellas, agazapadas y fingiendo su capacidad de escuchar la voz que les da voz en esta tierra, logran permanecer lejos. Abro mis ojos que por instantes tienden a desbordarse en llanto, intento mirar con claridad lo que, si soy sincera, me es imposible visualizar.
Desvío la mirada. Logro ver a través de mis lágrimas esas manos que tiemblan, que sufren, que sé que sienten la impotencia de no poder plasmar las letras que han huido en un azafrán estelar. Tiemblan, se estremecen, se unen haciéndose una sola para rogar al Creador de la humanidad que quite del corazón de la tía la impotencia de sentirse vacía, sin letras que pueda conjugar para dar a conocer al mundo lo que anida su alma en este lado de la eternidad.
Pero así, sin más, logra descansar en un mundo fantástico, quizá irreal para la mayoría de la humanidad, recordando que hay tiempos y tiempos, momentos exactos donde pueda hilar palabras, con las letras que hoy descansan formando una fraternidad. Volverán cuando sea necesario, volverán cabalgando el titilar astral…
KF
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